Folleto Turístico

martes, 3 de diciembre de 2024

1.498.- Un paseo por Villarrodrigo.

 


1498-09-16.- Un paseo por Villa Rodrigo.

 

El 16 de septiembre de 1.498 los visitadores santiaguistas Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre y Pedro de Morales, cura de Valdiacete, llegaron a Villarrodrigo que entonces pertenecía al señorío santiaguista de la Encomienda de Segura de la Sierra, en el reino de Murcia.

 

- Visitadores y escribano.

Esta es la presentación que hace el escribano real Alfonso de Alcaraz al comienzo de la visita a la Encomienda de Segura:

El noble y virtuoso caballero Rodrigo Dávalos, comendador de Montealegre y  el venerable Pedro de Morales, cura de Valdiacete, capellán del Rey y de la Reina, nuestros señores, visitadores y reformadores en la provincia y Reino de Murcia con el Val de Segura, elegidos y nombrados por los muy altos y muy poderosos el Rey don Fernando y la Reina doña Ysabel, nuestros señores, en el Capítulo General que sus altezas mandaron celebrar este dicho presente año, en la villa de Alcalá de Henares, como administradores perpetuos de la Orden de la Caballería de Santiago, con los muy nobles y magníficos señores priores de Uclés y de San Marcos de León y comendadores mayores y treces y otros comendadores de la dicha Orden para las cosas de yuso contenidas declaradas en los poderes de sus altezas y en presencia de mí Alfonso de Alcaraz, escribano de cámara del Rey y de la Reyna, nuestros señores, y su notario público en la su corte y en todos los sus reinos y señoríos.

 

- Reunión en el porche de la puerta de la iglesia.

Los visitadores se juntaron en el porche de la iglesia, según lo tienen por uso y costumbre, con:

Alcalde Ordinario: Gonzalo Martínez de los Albares

Regidores: Gonzalo de Avilés, Alonso López

Procurador del Concejo: Alonso de la Muela

Cura: Gonzalo Martínez fraile de la Orden de Santiago.

Y otros vecinos de villa Rodrigo:

Pregonero: Juan Martínez

Sacristán: Pedro Sabuco

Mayordomo de la iglesia: Bartolomé Sánchez.

Mayordomo de la ermita de Albanchez: Juan Rubio de Cotillas.

Madre del convento de Santa Ana: Teresa de la Cámara.

Vecinos: Diego Mejía, Juan de Avilés, Diego de Villalta, Pedro Sauco, Juan Alcaraz, Juan Rubio de Cotillas, Pedro García de las Palomas.

 

- Presentación de la carta de comisión, obediencia y pregón

Los dichos visitadores hicieron presentación del poder y comisión de sus altezas, la cual por mí el dicho escribano (Alfonso de Alcaraz) fue leída. Y luego los dichos oficiales le obedecieron con aquella reverencia que debían (los dichos oficiales la tomaron en sus manos y la besaron y pusieron encima de sus cabezas con aquel acatamiento que debían y dijeron que la obedecían y obedecieron como a carta de su rey y reina)  y en cuanto al cumplimiento, que estaban prestos de cumplirlo en todo y por todo según que en ella se contiene, y los dichos visitadores dijeron que lo pedían por testimonio de que fueron testigos presentes Diego Mejía y Juan de Avilés y Diego de Villalta, vecinos del dicho lugar villa Rodrigo.



Y luego los dichos visitadores mandaron al dicho escribano hiciese pregonar en la plaza y en los otros lugares acostumbrados si había algunas personas que tuviesen queja del comendador (don Pedro Portocarrero) o de sus alcaides o mayordomos o mamposteros o de otros algunos de los suyos que hubiesen hecho sin razón o sin justicia alguna, que lo vengan a denunciar ante ellos y que les sería hecho cumplimiento de justicia.

Y asimismo si había algunas personas que tuviesen censo sobre algunas heredades que paguen a la dicha Orden, que vengan a mostrar los títulos que de ellos tienen dentro de tercero día y que no mostrándolos, adjudicarían las tales heredades a la dicha Orden, el dicho término pasado.

Lo cual todo que dicho es, luego fue pregonado por Juan Martínez, pregonero, en la plaza del dicho lugar y por las calles más públicas de él, de que fueron testigos presentes Pedro Sauco y Juan de Avilés y Diego de Villalta, vecinos del dicho lugar villa Rodrigo.

 

- Iglesia

La iglesia está bajo la advocación de San Bartolomé. Es de tres naves sobre arcos de calicanto, enlucidos de yeso y cubierta de madera de pino acepillada. Tiene un porche en la entrada donde se solían hacer las reuniones de vecinos. También tiene su campanario con tres campanas. Es la única iglesia de la Encomienda de Segura que tiene tres naves sobre arcos de calicanto, la de Segura de la Sierra también tiene tres naves pero sobre pilares de ladrillo.

El altar mayor tiene su sagrario y ara, y una imagen de la Virgen, un crucifijo y la imagen de San Bartolomé. Hay otros dos altares, uno con la imagen de San Sebastián y el otro con las imágenes de Santa Catalina y San Bernabé. Todas estas imágenes y otras posteriores quedarían calcinadas en el gran incendio de principios del siglo XVII en que solo se salvó el campanario y su archivo.

La iglesia tiene un coro o tribuna con unos órganos. Aparece en la iglesia la primera capellanía fundada por el vecino cuantioso Juan Rubio del Recuero, que tenía su capilla en la iglesia y los visitadores le obligaron a dotarla mediante la hipoteca de una viña del fundador.

La iglesia tenía uno de los arcos quebrado y los visitadores mandan al mayordomo Bartolomé Sánchez que lo repare.

En esta visita los visitadores le abren un expediente, al cura Gonzalo Martínez, por amancebamiento.

Los visitadores notifican un mandamiento al Cura y al Concejo para que el arzobispado de Toledo no se entrometa a tomar las cuentas de la iglesia y las de las ermitas.

Había muchas sepulturas dentro de la iglesia que eran de tierra. Los visitadores mandaron a sus propietarios que enluciesen de yeso las sepulturas. En esta época los enterramientos se hacían dentro de la iglesia, en lo que hoy serían los jardines y en las inmediaciones del campanario.

 



- La Torre

El Concejo muestra un privilegio por el cual la fortaleza es de su propiedad. Es de calicanto con dos bóvedas, una encima de otra y en lo alto su pretil y almenas. El tejado estaba bien reparado y tenía buenas puertas. Los visitadores mandan reparar algunas almenas que habían sido mal reparadas.

Esta torre no es de la encomienda como el resto de las fortificaciones, es propiedad del Concejo de Villarrodrigo por un privilegio, que mostraron a los visitadores, del Maestre de Santiago Don Fernando Osorez (1.371-1.382) porque el propio Concejo la había reedificado de nuevo. En la visita de 1.507 el concejo mostró a los visitadores otro privilegio de donación de la torre por el Maestre Don Vasco Rodríguez de Coronado fechado en el año 1.325.

Como la fortaleza no era propiedad de la Encomienda no se hacía el “pleito homenaje” correspondiente de toma de posesión por los visitadores que se hacía en el resto de las fortalezas de la Encomienda.

 

-Diezmos de las tierras en el Campo de Montiel.

Seguía el litigio de a quién pagar los diezmos de los agricultores de Villarrodrigo que cultivaban tierras más allá del río Guadarmena, en el Campo de Montiel que pertenecían a la Mesa Maestral. Estas tierras pertenecían al Maestre que en este momento son sus altezas los Reyes Católicos. Los diezmos de los vecinos de Villarrodrigo tienen que pagarlos al Comendador de Segura pero las tierras que cultivan están dentro de la Mesa Maestral y tendrían que pagarlos al Maestre (los Reyes Católicos son los Maestres). La sentencia del Consejo Real es que los vecinos de Albaladejo de los Fraile y Villarrodrigo paguen los diezmos de esas tierras al Comendador de Segura, don Pedro Portocarrero, como ha sido siempre, y no a la Mesa Maestral.

Cuando en otros documentos los vecinos de Villarrodrigo manifiestan que la producción de trigo y vid no es suficiente y tienen que traerlo del Campo de Montiel, por esta visita nos enteramos que no iban a comprarlo sino que tenían propiedades al otro lado del río Guadalmena a donde se desplazaban a cultivar y recoger las cosechas.

 



- Convento de franciscanas de Santa Ana.

Había un monasterio-convento franciscano de Santa Ana, con licencia del Maestre don Alonso de Cárdenas, en el que existían dos beatas en el oratorio, siendo la madre superiora Teresa de la Cámara. El convento se componía de una pequeña iglesia toda blanqueada y cubierta de madera de pino acepillada. Tiene un altar mayor con una red de madera por delante, en el que había un retablo de pincel nuevo con la invocación de Santa Ana, y al final de la iglesia un coro.

Por una puerta de la iglesia se entraba a las estancias del convento. En medio del claustro hay un jardín con unos árboles, parras y un pozo. Desde el jardín se entra por una puerta al refectorio (comedor) con sus mesas. Al final del comedor hay una estancia que hace de despensa. Desde el jardín hay otra puerta que entra a otra casa vieja que tiene una cueva y un jaraíz con su pilón. Más adelante hay otra casa con una cocina con su chimenea. Junto a esta casa hay un establo y una leñera. En la primera planta del claustro hay unos correderos desde donde se entra a los dormitorios de las religiosas.

La madre superiora Teresa de la Cámara hizo ante los visitadores el reconocimiento que mandaba el mandamiento de comisión de los Reyes Católicos. La cual dijo que otorgaba y conocía que tenía el dicho monasterio por la Orden de Santiago y que le dejará libre y desembargado cada y cuando le fuere mandado por sus altezas como administradores perpetuos de la dicha Orden y que no alegará sobre ello posesión ni prescripción, ni impetrará bulas apostólicas, ella ni otra por ella, ni por el dicho monasterio, ni usará de ellas si las tiene ganadas en perjuicio y jurisdicción de la dicha Orden de Santiago.

En este monasterio no se decía misa por falta de clérigo, los visitadores mandan al cura de la iglesia, Gonzalo Martínez, que diga misa en la iglesia del monasterio una vez al mes y los días de San Francisco, Santa Ana y el día de la Magdalena.

 

- Hornos de pan.

Había dos hornos de pan que eran propiedad de la Encomienda de Santiago que eran muy buenos y bien reparados.

Los hornos de pan (el de arriba y el de abajo) estaban en la fortaleza junto a las paredes del cortijo y con puertas al patio interior.

 



- Ermita de Santa María de Albanchez. (Piedras de la Ermita).

Los visitadores subieron hasta la ermita que se llamaba de Santa María de Albanchez. La ermita estaba como a media legua en un monte alto a manera de fortaleza. Es de una nave, tiene las paredes de cal y canto y en la puerta de entrada un postal. La nave y el portal están cubiertas de madera tosca (sin cepillar). Tenía una campana pequeña.

En el altar mayor está una imagen de nuestra Señora de bulto y vestida con una cenefa con su cabezón de oro y dos briales, uno verde y otro morado. Delante del altar había una red de madera.

Los visitadores hicieron inventario de los bienes de la ermita con el mayordomo Juan Rubio de Cotillas. Entre los bienes aparecen pies de olivas en diferentes sitios.

Los visitadores tomaron las cuentas a su mayordomo Juan Rubio de Cotillas. Hallaron por información los visitadores que el dicho Juan Rubio de Cotillas es buen hombre y de buena conciencia y tiene devoción a la dicha ermita, los dichos visitadores le dejaron la dicha mayordomía. Tanta devoción tenía a la Virgen de Albanchez que estuvo de mayordomo casi treinta años.

 



- Ermita de San Sebastián (El Santo)

Los visitadores fueron a la ermita de San Sebastián que era de tapias y cubierta de buena madera, estaba mal reparada y parecía que la iglesia quería caerse.

Tenía un altar con las imágenes de San Sebastián y San Antón y una pintura con la historia de Santiago. No tenía ni rentas, ni mayordomo y los visitadores encomendaron al Concejo que la repare y provea para que no se caiga.

 



- El hospital

En la visita anterior ya aparecía una nueva institución creada por el concejo: el Hospital. Institución que ya poseía Siles y que posteriormente se extenderían a otras villas y lugares. Consistía en una casa con habitaciones con camas y cocina para dar asilo y alimento principalmente a pobres y también a clérigos y peregrinos de paso por el lugar. La institución acababa de crearse por el concejo y no tenía rentas y estaba muy poco equipado. En esta visita el concejo se compromete a restaurarlo y equiparlo. En la visita de 1536 tenía un piso más con habitaciones separadas para pobres y clérigos, estaba totalmente equipado de mobiliario, ropas y cocina, y había nombrado un hospitalero que hacía de mayordomo y vivía en la propia casa. Se financiaba principalmente de las limosnas y de las rentas que ya poseía. Su ubicación más probable estaría en las inmediaciones de lo que conocemos popularmente como calle Hospital (aunque no tenga ese nombre) al final de la calle Real (entre la placeta de la Serafina y la carretera de Onsares).

 

 


- Población

Respecto a visitas anteriores, han disminuido los cuantiosos y han disminuido los habitantes (de 310 a 249), pero sigue siendo el lugar más poblado de la Encomienda con 249 vecinos (Siles 195, Segura 140, Orcera 114, Torres de Albanchez 110, Benatae 100, Génave 95, Hornos 72, Catena 48 y La Puerta 30).

 

- Cuantiosos

Los vecinos cuantiosos o caballeros de cuantía (los ricos que tenían propiedades por encima de un determinado valor o cuantía) eran:

 

Juan Rubio del Recuero cuantioso.

Juan Gutiérrez cuantioso 1 lanza.

Gonzalo Martínez de los Alvares cuantioso.

Juan Rubio de las Eras cuantioso.

Antón Serrano cuantioso.

Juan de Avilés cuantioso.

García López cuantioso.

Alonso López regidor cuantioso.

Diego López de Siles cuantioso.

Juan Rubio de Siles cuantioso.

Alonso Muñoz cuantioso.

Ruy Sánchez de la Calzada cuantioso.

Pedro Sánchez Ballestero cuantioso.

Gonzalo Sánchez cuantioso.

Los cuantiosos que no tenían caballo eran Juan Rubio del Recuero,  Gonzalo Sánchez, Gonzalo Martínez, Juan Gutiérrez, Ruy Sánchez de la Calzada y Juan Rubio de las Eras. Los visitadores les mandan cumplir con esa obligación antes del día de San Juan del año siguiente.

Nos encontramos con el cuantioso Pedro Sánchez Ballesteros que posiblemente sea el capitán comunero de la Germanía de Villarrodrigo que fue hecho prisionero por Pero Bellón, capitán de Segura de la Sierra, y ahorcado en esta villa..

 

- Rentas de la Encomienda.

Las rentas que tenía el Comendador en Villa Rodrigo en el año 1498 son las siguientes:

En dineros: cincuenta y tres mil maravedíes. (53.000.-).

Trigo: doscientos cincuenta y una fanegas y seis celemines.

Cebada: ciento setenta y una fanegas y diez celemines.

Centeno: quince fanegas.

Escaña: siete fanegas y dos celemines.

 


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