Folleto Turístico

martes, 10 de diciembre de 2019

Villarrodrigo. Leyenda de la imagen enclaustrada.




Villarrodrigo. Leyendas. La imagen enclaustrada de la abuela Santana.

Cuenta la tradición de Villarrodrigo que la pequeña imagen quemada de la abuela Santa Ana, no podía salir de la iglesia, estaba allí recluida de por vida. El fuego (posiblemente del incendio de principios del siglo XVII que quemó toda la iglesia menos el campanario o cualquier otro incendio) había convertido a la abuela Santa Ana en una imagen negra. Para las abuelas una imagen adorable y querida, para los niños una imagen de temor y miedo.

Cuentan que en la Guerra Civil los milicianos llegados al pueblo no se atrevieron a sacar de la iglesia a la pequeña imagen, para hacer de centinela. Otros cuentan que fueron los vecinos y las autoridades republicanas locales los que lo impidieron para cumplir la tradición o por temor a la leyenda.

- Pepe (el sacristán de la iglesia) ¿por qué no podemos sacar a la abuela Santana de la iglesia?.

- Por las tormentas. Y no me preguntes por más detalles.

¡Qué delito cometió la pequeña imagen para ser castigada con la prisión permanente (no revisable)! (en términos de hoy). Pasó incendios y hasta una guerra civil y siguió la pobre cumpliendo su condena.

Nos vamos al 10 de diciembre de 1575, día en el que se redacta en Villarrodrigo las Relaciones Topográficas mandadas por Felipe II.

53.- Al Capitulo cinquenta y tres dijeron que en esta villa se tiene de costumbre y por voto del pueblo que  se guarda el día de Nuestra Señora Santa Ana, y el día del Señor San Luis, y el día del Señor San Agustín, é que han oído  que San Agustín se votó por la langosta que había; y el Señor San Luis se votó por pestilencia, y a Nuestra Señora Santa Ana se votó por que un día yendo a trabajar en su día, yendo a trabajar su día cayó un rayo, é mató á un hombre.”



- Pepe, mira lo que dice este documento, que en el día de Santa Ana, un rayo de una tormenta mató a un vecino cuando iba a trabajar.

- ¡Hay que ver cómo son las cosas!

Pero un día, al cura de turno se le ocurrió vender aquella imagen pequeña, negra y quemada a un anticuario. (Pepe, qué disgusto más grande). Imagen que no tenía ningún valor material, pero sí espiritual y de leyenda.

La imagen al fin fue amnistiada y desapareció aquel hechizo de más de 400 años, celosamente guardado por nuestros antepasados. Sin la presencia de aquella imagen la leyenda quedará perdida para siempre.

(Gracias Pepe, por tu celo en preservar el Archivo de la Vicaría que encontramos en una hornacina del campanario. Tras de ti el caos y la confusión, los papeles vuelan).


Nota: La imagen quemada es una recreación.


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