Villarrodrigo. Leyendas. La imagen
enclaustrada de la abuela Santana.
Cuenta la tradición de
Villarrodrigo que la pequeña imagen quemada de la abuela Santa Ana, no podía
salir de la iglesia, estaba allí recluida de por vida. El fuego (posiblemente
del incendio de principios del siglo XVII que quemó toda la iglesia menos el
campanario o cualquier otro incendio) había convertido a la abuela Santa Ana en
una imagen negra. Para las abuelas una imagen adorable y querida, para los
niños una imagen de temor y miedo.
Cuentan que en la Guerra Civil
los milicianos llegados al pueblo no se atrevieron a sacar de la iglesia a la
pequeña imagen, para hacer de centinela. Otros cuentan que fueron los vecinos y
las autoridades republicanas locales los que lo impidieron para cumplir la
tradición o por temor a la leyenda.
- Pepe (el sacristán de la
iglesia) ¿por qué no podemos sacar a la abuela Santana de la iglesia?.
- Por las tormentas. Y no
me preguntes por más detalles.
¡Qué delito cometió la pequeña
imagen para ser castigada con la prisión permanente (no revisable)! (en
términos de hoy). Pasó incendios y hasta una guerra civil y siguió la pobre
cumpliendo su condena.
Nos vamos al 10 de diciembre de
1575, día en el que se redacta en Villarrodrigo las Relaciones Topográficas
mandadas por Felipe II.
“53.- Al Capitulo cinquenta y tres dijeron que en esta villa se tiene de
costumbre y por voto del pueblo que se
guarda el día de Nuestra Señora Santa Ana, y el día del Señor San Luis, y el
día del Señor San Agustín, é que han oído
que San Agustín se votó por la langosta que había; y el Señor San Luis
se votó por pestilencia, y a Nuestra Señora Santa Ana se votó por que un día
yendo a trabajar en su día, yendo a trabajar su día cayó un rayo, é mató á un
hombre.”
- Pepe, mira lo que dice este
documento, que en el día de Santa Ana, un rayo de una tormenta mató a un vecino
cuando iba a trabajar.
- ¡Hay que ver cómo son las
cosas!
Pero un día, al cura de turno se
le ocurrió vender aquella imagen pequeña, negra y quemada a un anticuario.
(Pepe, qué disgusto más grande). Imagen que no tenía ningún valor material,
pero sí espiritual y de leyenda.
La imagen al fin fue amnistiada y
desapareció aquel hechizo de más de 400 años, celosamente guardado por nuestros
antepasados. Sin la presencia de aquella imagen la leyenda quedará perdida para
siempre.
(Gracias Pepe, por tu celo en
preservar el Archivo de la Vicaría que encontramos en una hornacina del
campanario. Tras de ti el caos y la confusión, los papeles vuelan).
Nota: La imagen quemada es una
recreación.
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