Villarrodrigo. Topónimos. Puente de la
Madre.
Entre los topónimos que nos
encontramos en la documentación histórica está el Puente de la Madre, que hoy
recibe el mismo nombre. Estaba sobre el río Villarrodrigo (río Madre o río del
Tobar) en lo que hoy llamamos camino del Soto.
Para nuestros antepasados era un
puente muy transitado, ya que el camino que iba por la Cruz del Tirador (hoy
Cruz del Tirao) pasaba por el Chorreadero (hoy Chorrillo) cruzaba el Puente de
la Madre y llegaba hasta al Lavadero Público, que estaba en lo que hoy llamamos
Fuente del Lavadero, que tenía unas pilas de madera, a modo de tornajos
(Primitivo Cifuentes aún se acuerda de acompañar a su abuela en sus labores de
lavandera), y este camino continuaba hasta la ermita de Santa Quiteria.
En la carretera de Onsares, hoy
hay otro puente al que llamamos Puente de la Cuesta de la Madre, que está más
arriba del Puente de la Madre.
Por escritura de 1687 se donaba a
Nuestra Señora de Albanchez “una
huerta en la Cuesta de la Madre a la
derecha que posee Antonio Solano, y linda con la Cuesta, con el Puente, y por arriba, Antonio de
Gracia, con huerto de dicho Solano, y derrame de la fuente”
Por escritura de 1659 se donó a
la Capellanía de San Juan Bautista “bajo
de las Toscas, que es una huerta de fanega y media de trigo arbolada, y alinda
por arriba con Juan Gómez Vezarez, por mediodía el Río, por poniente huerta de
Juan de Gracia que pega esta al Puente
de la Madre, y por norte el camino de las Toscas o Zanja Madre”
Por escritura de
1651 se donaba también a la Capellanía de San Juan Bautista “una huerta de
una fanega para trigo entre el camino que parte a las Toscas y a la Puente
de la Madre, y con esta linda el Río arriba, y por saliente huerta de las
monjas Dominicas” (de Alcaraz).
También por
escritura de 1651 y reconocida en 1776 se donaba a la Capellanía de San Juan
Bautista “una huerta en el Chorreadero, entre el camino de las Toscas y el del Puente
de la Madre por mediodía, poniente y norte, por saliente alcacelar de las
monjas Dominicas”.
En 1743 se reconoció una memoria por el
testamento de Ana Serrano, mujer del escribano Juan López de Castro y
para su cumplimiento dejó “un guerto en
el Tirador, de caber fanega y media de zebada, con siete morales, que alinda
con tierras de los herederos de Doña Sebastiana de Vico y con herederos de
Pedro Muñoz y con el Río del Tovar y camino de las Riberas y Puente de la
Madre”.
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