Folleto Turístico

miércoles, 23 de marzo de 2011

1.880.- Federico Ortega de la Parra


FEDERICO ORTEGA DE LA PARRA

Federico Ortega de la Parra, nació en Villarrodrigo hacia el año 1856. Licenciado en Derecho y estudiante de Filosofía y Letras por la Universidad Central. Funcionario del Estado, personaje ilustrado y amante de la poesía, escribió y publicó una leyenda sobre el enigmático Cerro-Vico.

- Licenciado en Derecho
PARES
Archivo Histórico Nacional , dentro de la unidad Universidad Central

RESUMEN:
Título de la unidad: "Ortega de la Parra, Federico"
Archivo: Archivo Histórico Nacional
Signatura: UNIVERSIDADES,4530,EXP.23

ÁREA DE IDENTIFICACIÓN
Código de Referencia:
ES.28079.AHN/1.2.2.1.73.4.1//UNIVERSIDADES,4530,EXP.23 Ver
Titulo Nombre atribuido: Ortega de la Parra, Federico
Fecha Formación: 1876 - 1885
Nivel de Descripción: Unidad Documental Compuesta
ÁREA DE CONTENIDO Y ESTRUCTURA
Alcance y Contenido: Expediente académico de Federico Ortega de la Parra, alumno de la Facultad de Derecho de la Universidad Central. Natural de Villarrodrigo (Jaén). Documentos anejos: Certificación Académica

- Estudiante de Filosofía y Letras
PARES
Archivo Histórico Nacional , dentro de la unidad Universidad Central

RESUMEN:
Título de la unidad: "Ortega de la Parra, Federico"
Archivo: Archivo Histórico Nacional
Signatura: UNIVERSIDADES,6719,EXP.2

ÁREA DE IDENTIFICACIÓN
Código de Referencia:
ES.28079.AHN/1.2.2.1.73.5.1//UNIVERSIDADES,6719,EXP.2 Ver
Titulo Nombre atribuido: Ortega de la Parra, Federico
Fecha Formación: 1883 - 1884
Nivel de Descripción: Unidad Documental Compuesta
ÁREA DE CONTENIDO Y ESTRUCTURA
Alcance y Contenido: Expediente académico de Federico Ortega de la Parra, alumno de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Central. Natural de Villarrodrigo (Jaén)

- Obra poética y literaria

Cuando estudiaba Derecho en la Universidad Central , a la edad de 24 años publicó la siguiente:

LEYENDA: “Una antiquísima leyenda de moros y cristianos sobre Bienservida y Cerro-Vico”.
Publicada en: “El Globo. Diario Ilustrado, político, científico y literario” Madrid, 13 de julio de 1.880.

El texto íntegro podemos verlo en:

http://www.bienservida.eu/leyendas.html


Narración que le contó una anciana de Bienservida cuando Federico Ortega de la Parra tenía alrededor de 20 años, hacia 1885-86. Nos cuenta una de las leyendas que hay sobre el Cerro-Vico.

Estando los varones de Bienservida mayores de 15 años defendiendo Alcaraz del asedio de los sarracenos, los moros de Villa-Rodrigo con su Alcalde Ven-Egas atacaron a las mujeres y niños de Bienservida que estaba desprotegida. Cuando volvieron los soldados de Alcaraz y vieron los despojos de sus familiares, enterraron a sus muertos y planearon la venganza contra los moros de Villa-Rodrigo.
Ayudados por los pueblos comarcanos y capitaneados por Juan Turruche se lanzaron contra Villa-Rodrigo y mataron y apresaron a sus pobladores. Los prisioneros de Villa-Rodrigo fueron condenados a levantar un gran sepulcro, el Cerro-Vico, y en su interior los de Bienservida llevaron a sus familiares asesinados con los rehenes de Villa-Rodrigo vivos y su Alcalde Ven-Egas al que le dieron una barra de hierro.

Juan Turruche, por una gran cantidad de oro, convenció a su amigo Daniel, célebre brujo judío, que hizo el encantamiento para que el moro Ven-Egas y los que le acompañaban fuesen inmortales y permanecieran en el seno del Cerro-Vico hasta que lograran taladrarle y permanecieran en la oscuridad con sus víctimas siempre presentes.

Desde la fecha de esta cruel venganza, al llegar la noche del día 8 de septiembre, se escuchan en la parte sur del Cerro-Vico, grandes lamentos y horribles blasfemias y nadie puede transitar por la noche, sin ser agarrado por el moro Ven-Egas y metido en el cerro encantado.

Y hasta aquí la leyenda resumida que la anciana de Bienservida le contó al joven Federico Ortega. Llama la atención el nombre que le da la anciana al Alcalde de Villa-Rodrigo: “Ven-Egas”. Esta anciana, si no conoció de niña si que oiría hablar de las andanzas, a principios del siglo XIX, del escribano del Ayuntamiento de Villarrodrigo Manuel Martínez Venegas que era conocido en la comarca y el propio alcalde de Villarrodrigo, Ramón Campos en 1.809, le llamaba al escribano “el Venegas”. El propio instructor de la Intendencia Provincial de Murcia decía que era conocido como el Venegas. Parece clara la asociación que la anciana hace en su leyenda del poderoso escribano de Villarrodrigo con su alcaldía. La mujer del escribano pertenecía a la influyente familia de los Vargas Machuca de Alcaraz.
El expediente que se le instruye al Venegas por la Intendencia Provincial de Murcia podemos verlo en:

http://villarrodrigo-jaen.blogspot.com/search/label/Manuel%20Mart%C3%ADnez%20Benegas

http://pares.mcu.es/ParesBusquedas/servlets/Control_servlet?accion=4&txt_accion_origen=2&txt_id_desc_ud=3621326

Federico Ortega de la Parra escribió a lo largo de su vida de estudiante y funcionario textos poéticos, algunos de los cuales fueron publicados en la revista “La Ilustración Española y Americana”


15-07-1.886.- “La Ilustración Española y Americana”

SONETO.

¡ Ya no puedo callar! Quebrado el hielo
Que, en apariencia, el alma me cubría,
A aquella calma indiferente y fría
Sustituye mi vivo y loco anhelo.
Roto ya en mil pedazos está el velo
Que en mi rostro tejió la hipocresía:
Ya no puedo ocultar la pena mía
Al ver que pierdo para siempre el cielo.
¡El cielo de tu amor! ¿Qué nueva gloria
Encontrará mi pecho ¡fementida!
Si no logro matarte en mi memoria?
¡ Ay! al darte mi triste despedida,
Ni aun puedo maldecir tu amante historia.
¡Y cómo, si es la historia de mi vida!

FEDERICO ORTEGA DE LA PARRA.


15-04-1.889.-“La Ilustración Española y Americana”

RESTOS DEL NAUFRAGIO.

Como guarda un fanático reliquias
Adquiridas por él en Tierra Santa,
Así conservo un heliotropo, seco,
Y los últimos sobres de tus cartas,
Que son, al no encerrar como otros días
Tus protestas de amor, cuerpo sin alma.
Cuando la noche en el silencio envuelve
Y en la profunda oscuridad mi estancia,
Cojo los sobres y la flor, los beso,
Y derramo, al besarlos, una lágrima.
Son tantos los recuerdos que despiertan
En mi alterado corazón; son tantas
Las ilusiones que abrigó mi mente
Cuando tu amor eterno me jurabas,
Que el llanto acude á mis nublados ojos,
Viendo el idilio convertido en drama.
Náufrago de tu amor, hermosa mía,
En vano busco la risueña playa.
Cuando cerca la miro, nuevas olas
Con ímpetu violento me arrebatan,
Y en el seno del mar tempestuoso
Vuelve á hundirse la luz de mi esperanza.
Hace tiempo que cruzo el Océano,
Rotos los remos de mi pobre barca,
Aguardando encontrar algún bajío
Donde termine mi fatal jornada;
Que quien al viento y á la mar se entrega,
Debe víctima ser de las borrascas.
Huyeron para siempre tus sonrisas,
El fuego seductor de tus miradas,
Tu dulce voz y tus suspiros tiernos;
Néctar con que mi espíritu embriagabas
Y en cuyas ondas mi pasión ardiente
Creyó saciar sus infinitas ansias.
¿Qué resta del naufragio? Una flor muerta;
Negras memorias de mi fe burlada,
Y, de mi corazón mudo y vacío
Símbolo triste, el sobre de tus cartas.

FEDERICO ORTEGA DE LA PARRA.


30-10-1.889.- “La Ilustración Española y Americana”

IMPOSIBLE.

SONETO.
¡ Es en vano fingir! De tu hermosura
Al ser preso en las redes misteriosas,
Miré cubierto de fragantes rosas
El camino que abriste á mi ternura.
Por él marché dejando la amargura
En que me hundieron pérfidas hermosas
Que, cual tú, se mostraron amorosas
Y labraron después mi desventura.
Del entusiasmo en el corcel de fuego,
A impulsos de mi amor y tu falsía,
Volé á tu lado, obedecí tu ruego.
¡Y tanto esclavizaste el alma mía,
Que, al querer olvidarte, soy el ciego
Que pretende olvidar la luz del día!

FEDERICO ORTEGA DE LA PARRA.


08-06-1.892.- “La Ilustración Española y Americana”

AMOR.

No ha menester para vivir el mío
Que le erija tu amor templos ni altares,
Ni se extingue mi fe con los pesares
Que en mi pecho produce tu desvío.
Halla el genio, quizás sin albedrío,
De la gloria los vivos luminares:
Riza y encrespa los profundos mares
Por ley fatal el huracán bravío.
Y así, inconsciente, mas también grandioso,
Nunca el amor la voluntad consulta
De quien lo inspira ni del ser que inflama;
¡ Y vuelve á despedir esplendoroso
— Si alguna vez la reflexión lo oculta —
Viva y fulgente como el sol, su llama!

FEDERICO ORTEGA DE LA PARRA.
Santander, 1892.

Este último texto fue escrito a la edad de 36 años, en la ciudad de Santander, donde estaba destinado como Secretario del Gobierno Civil de la provincia.